¿Cuántas películas son adaptaciones de un libro? ¿Cuántos libros se convierten en película? Hoy, día mundial del libro quiero dedicarles un huequecito a las que considero que son la mejor y la peor película adaptación de una novela. Es una selección totalmente subjetiva y realmente tampoco llevo tantas películas (ni tantos libros) como para afirmar a ciencia cierta que esa y no otra es la mejor película basada en un libro, por eso desde mi modesto punto de vista y confiando en que mi selección mejore en los próximos años, estas son las películas seleccionadas:
PEOR ADAPTACIÓN: Cumbres borrascosas (1939)
A todos aquellos que repiten hasta la saciedad que no hay nada como el cine antiguo y que el cine de hoy en día tan solo se dedica a malcopiar los libros para que la gente no los lea les invito a que se lean Cumbres borrascosas de la escritora inglesa Emilie Brontë y que luego se vean esta adaptación dirigida por William Wyler y protagonizada por Laurence Olivier.
Cumbres borrascosas es una historia de un amor complicado, de personajes complicados en situaciones adversas, contada en 34 capítulos. La película solo cuenta los 16 primeros. Primera conclusión: Se come más de la mitad de la historia. ¿Cómo se puede hacer una adaptación de una película si solo llegas hasta la mitad del libro? Si al menos se contaran bien esos primeros capítulos, todavía pase, pero muchos de los personajes que se desarrollan en la novela (Hareton, Linton, Catherine… la segunda generación, vaya) comienzan a formarse antes de llegar a ese corte realizado en el film, pero como no se querían desarrollar porque no se iba a hacer más allá de la mitad del libro, directamente se los cargan.
Por lo tanto, en una novela en la que teníamos una historia dominada mayoritariamente por dos personajes pero muy bien apoyados por los llamados secundarios, pasamos a una película exclusivamente de dos. ¿Y esto que hace? Que se convierta en una historia monótona y aburrida y que encima el guión se vea obligado a dar unos giros inesperados en aquellos lugares donde deberían estar ciertos personajes a los que se omitió.
Otro gran problema que se suma a la tala indiscriminada de personajes secundarios es que a los principales les falta la chicha que tenían en el libro. Quizá Cathy expresa correctamente la desesperanza y la histeria de la chica y no está mal del todo, pero Heathcliff… o Heathcliff!! Laurence Olivier no es el personaje de Brontë, ese no es Heathcliff, un hombre atormentado, huraño, meticuloso, malvado, rencoroso. El Heathcliff del libro es el antiheroe que se queda con la historia y atrapa al lector, que no sabe si sentir hacia él cariño, admiración u odio. El Heathcliff de la película, sin embargo, es mucho más benévolo y más soso y su relación con Cathy no se puede catalogar de otra forma que de ñoña (ñoña, que no romántica, ni tierna, ni pasional… ñoña, adjetivo que se aleja por completo del personaje de la novela).
Y todo eso sin contar el (desastre de) final. Un final totalmente inventado, fruto de ese lapsus de 18 capítulos que intenta acabar de forma “bonita y rosa” una historia que a todas luces nunca lo ha sido.
Total, que dudo mucho que si Emilie Brontë levantara la cabeza y viera la película le gustara el resultado.
Mejor adaptación: Romeo + Julieta (1996)
Esta es probablemente una de las historias más conocidas mundialmente y la obra por excelencia del teatro inglés (junto con cualquiera de Shakespeare) pero esta versión de Baz Lurhmann supera con creces la originalidad de cualquier otra.
Por un lado, cambia el escenario de la historia y lo traslada de la Verona original a un lugar inventado llamado “Venice Beach” en Estados Unidos. Pero sin embargo por otro, mantiene el texto auténtico de William Shakespeare, con sus diálogos extensos, su rima y métrica de la época y la utilización de palabras del inglés antiguo de la misma forma en la que estaban en la obra original (esto se aprecia, obviamente, en versión original). Apenas cambia los diálogos y son pocas las escenas que se eliminan de la obra de teatro original. Es especialmente chocante y es quizá una de las señas de la película, la mezcla de esa modernidad y ese contexto americano incluyendo el acento, con el uso de palabras y expresiones antiguas. Llama la atención ver a Leonardo DiCaprio y Claire Dance pronunciando el thou* y el thee*(ejemplo en el video siguiente) mientras se expresan en un acento que no se ajusta al típico británico de las obras de Shakespeare.
Pero ese toque de actualidad se ve reflejado de otras muchas maneras a parte del acento americano. La historia está perfectamente fusionada con el entorno (de todas formas Romeo y Julieta siempre ha sido una historia bastante amoldable a los diferentes cambios de años, culturas y lugares) y se adapta a él cambiando ciertos elementos para que no desentonen en el contexto histórico pero que a su vez no se desvíen en exceso de la historia verdadera. Ejemplos: varios cambios significativos como la sustitución de una daga por una pistola, el coro de presentación por una presentadora de informativos; los coches no molestan, forman parte del entorno y se amoldan perfectamente a la historia antigua.
Y el toque magistral a esta producción original y atrevida lo brinda Lurhmann: introduce la música en la historia de forma magnífica sin llegar a convertirlo en un musical y simplemente dejando que entre en escena para dar dinamismo. Recurre a sus técnicas habituales de movimientos bruscos de cámara, travelings rápidos y zooms precipitados, coreografías cuidadoso e irónicas, colores llamativos… todo ello para dar personalidad a la historia mundialmente conocida de Julieta y su Romeo.
*thou y *thee: forma que en el antiguo inglés se utilizaba para la segunda persona del singular.
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