La película, dirigida por Stefan Ruzowitzky y protagonizada por el desconocido en el resto del mundo, Karl Markovics narra la historia real, como su propio nombre indica, de los falsificadores de billetes (por obligación) que reclutó el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial para sabotear la economía británica y americana.
Esta es la historia de Salomón Sorowitsch, un dibujante judío que es apresado por las tropas nazis y llevado a un campo de concentración donde se convierte en el jefe y responsable de la mayor falsificación de dinero de la Historia. El pobre hombre comienza como puede, ganándose el favor de los nazis carceleros pintando para ellos y consigue subir posiciones y tener cada vez más privilegios en un entorno en el que ser judío te daba prácticamente billete para el otro barrio.
Mediante un gran flashback que ocupa toda la película el espectador asiste a la vida de este personaje antes y después del campo de concentración. Comienza viendo en lo que se convierte y poco a poco se va entendiendo su frialdad, su desgana hacia el mundo.
Una de las grandes bazas de la película es su protagonista, Karl Markovics, un actor austriaco que interpreta la frialdad en persona, las ganas de vivir y sobrevivir. Salomon Sorowitsch (pronúnciese Só-ro-bich) es un hombre reservado y trabajador que prefiere no meterse en problemas y por eso decide acatar las normas de los nazis, sin rechistar.
Por eso la contraposición a este personaje es otro que llamó mucho mi atención y para mí es una de las grandes cosas de la película; Burger, interpretado por August Diehl, un hombre valiente que desde el principio da la lata, no solo a los nazis sino también al propio Sorowitsch.
Quizá la gracia de Los Falsificadores está en que es una historia que sucede en un entorno bastante explotado por el cine (el régimen nazi, los campos de concentración) pero desviándolo hacia un punto en el que no muestra lo que el resto enseña, lo que el resto casi está obligado a enseñar, que son los horrores de la guerra, las atrocidades cometidas por los nazis. En Los Falsificadores vemos a los privilegiados de los campos de concentración y como se frustran y tienen una lucha interna por eso mismo, por ser los privilegiados y sentir que están ayudando con su aportación a la falsificación de dinero a que el régimen que comete esas atrocidades se expanda.
Esta es una película sencilla, sin grandes presupuestos, se nota básicamente en su puesta en escena, ya que no derrochan en exteriores y básicamente la segunda mitad de la película se podría decir que es absolutamente íntegra en los interiores del taller y las habitaciones de los presos.
[SPOILER] Quizá muchos digan que ya está muy vista, que no nos aporta nada nuevo y que no hacía falta, pero encuentro muy tierna y sobrecogedora las últimas escenas del campo de concentración, cuando los “otros presos”, es decir, aquellos que no tenían privilegio, se reúnen con el grupo de Falsificadores, cuando estos les enseñan sus habitaciones con sábanas blancas y les cuentan cómo planearon el sabotaje. Esa diferencia entre los más o menos bien alimentados y los desnutridos, casi cadáveres ambulantes. [FIN DEL SPOILER]
Lo mejor: el argumento, los personajes
Lo peor: los movimientos de cámara, la puesta en escena, que en ocasiones ahoga
Nota: 8
1 comentario:
AHHH! Quiero verla!!!
Debo confesar que no leí tu nota completa por temor a un Spoiler; los Odio, aunque sean discretos.... ya te comentaré mis puntos de vista cuando la vea. Gracias por la recomendación!
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